PUBLICACIONES
Fecha de edición | 2008 |
Disponibilidad | Digital |
Número de páginas | 116 |
CAPEL 52
Publicada en el 2008
Durante las últimas décadas, en América Latina y el Caribe los
organismos electorales se han ido consolidando como instituciones
confiables, garantes de la voluntad popular expresada en las urnas.
Tanto sus funciones como los mecanismos de designación de sus
integrantes, han sido objeto de numerosas reformas legales y de una
minuciosa depuración, con el objetivo de constituirlas en entidades
legítimas ante la ciudadanía y de fortalecer, por medio de su acción, la
institucionalidad democrática. Como bien ha señalado Jaramillo… “en
estas organizaciones se ha depositado gran confianza, esperando que
ellas sirvan como instrumentos para sanear los procesos electorales y
contribuyan a la institucionalización de la vida política en los países
latinoamericanos”.
En virtud de este proceso de fortalecimiento, actualmente las
funciones de los órganos electorales van más allá de la organización
de las elecciones. Se han constituido en instituciones con un amplio
rango de labores administrativas, registrales, jurisdiccionales y de
control, no solo del proceso electoral en sí, sino también en relación
con el desempeño de los actores políticos. Sin duda alguna, su labor
es decisiva para el afianzamiento de la convivencia democrática.