Publicada en 1997

• las Defensorías del Pueblo, Procuradurías, Comisionados y Comisiones Nacionales de Derechos Humanos de América Latina constituyen hoy uno de los principales agentes de defensa de los derechos humanos en los países del Continente. Su destacado papel como contralores de la función administrativa y protectores de derechos humanos convierte a estas instituciones en un mecanismo expeditivo y ágil en la solución de miles de problemas y violaciones de derechos ciudadanos, resultantes del abuso del poder público o del incumplimiento de las obligaciones asignadas alas distintas administraciones del Estado.
  
  Se ha creado un nuevo espacio para la rendición política de cuentas de los gobernantes por actos que violan normas de su actividad reglada. pero también cuando la conducta del funcionario consiste en la inobservancia de principios éticos en la gestión pública. Paralelo a su consustancial función protectora de los derechos humanos, el Defensor ha contribuido a fortalecer los mecanismos de representación y de comunicación entre la sociedad civil y los gobiernos nacionales.