Publicada en diciembre del 2006

No hay país en que la cuestión de la educación no deje de convocar a debates y generar polémicas entre las democracias de América y que, como en Chile y en Perú, en Panamá y en Honduras y en México, especialmente en Oaxaca, enfrenten ahora a las asociaciones magisteriales y sindicatos de profesores con las autoridades nacionales. Razones de presupuesto y salariales; críticas a la administración y regulación de horario de clases; prestaciones y beneficios regulares son parte de la agenda y de las manifestaciones sindicales. Pero la cuestión de la educación en valores y en derechos no aparece ni en la propuesta pública ni en las reivindicaciones gremiales. Sin embargo, en muchos países se quejan de que estamos en medio de un panorama inquietante que muestra la baja de los valores democráticos en nuestras sociedades.

A fines de los años 90 aparecieron los primeros planes nacionales de derechos humanos y poco a poco, más que todo por la insistencia del Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera de los derechos humanos, 1995-2004 (Decenio de las Naciones Unidas para la EDH), se consideró universalizar el tema de la educación en derechos humanos por lo que algunos países abrieron cartas en el asunto. El IIDH ha estado en medio de tales e importantes esfuerzos y, desde la perspectiva de la generación del sistema de informes interamericanos sobre la educación en derechos humanos, a partir del año 2000 sentimos y podemos asimilar algunas iniciativas que se han hecho bien. Pero solo hasta allí se quedaron las buenas intenciones.